lunes, 6 de mayo de 2013

Tumores de partes blandas

Los tumores de partes blandas comprenden una serie de lesiones benignas y malignas desarrolladas a partir de las distintas variedades del tejido superficial. En conjunto, son un grupo diverso de tumores que tienen su origen en cualquier tipo celular del tejido mesenquimal extra esquelético, presente en las partes blandas del aparato locomotor y pueden presentarse como neoplasias benignas, intermedias o malignas con gran capacidad de metastatizar.
TUMORES BENIGNOS
: Los más frecuentes son los lipomas, hemangiomas, angiolipomas, fibromas, condromatosis, leiomiomas, mixomas, etcétera.
TUMORES MALIGNOS
:
constituyen el 1% de los tumores en el adulto, tienen como característica que aumentan su frecuencia con la edad del paciente y que, además, existe relación entre el tipo de tumor y los rangos de edad: rabdomiosarcoma en edades juveniles, sarcomas sinoviales entre los 15-30 años, el fibrosarcoma en adultos jóvenes, el liposarcoma en la edad adulta y los fibrohistiosarcomas, en personas entre 50 y 70 años.
Asimismo, existe una serie de lesiones de partes blandas que se pueden etiquetar de paratumorales por su comportamiento, siendo generalmente benignas. Entre ellas, hay que nombrar los quistes sinoviales, la miositis osificante, la sinovitis villonodular pigmentada, etc.
SINTOMATOLOGÍA:
El paciente acude generalmente a la consulta por una tumoración indolora de partes blandas en los miembros inferiores o el tronco; esta es la forma de presentación más frecuente (70% de los casos). Ante esta situación, debemos hacernos las siguientes 7 preguntas, denominadas por algunos autores las 7 preguntas capitales:
1) ¿Cuánto tiempo ha estado presente la tumoración?:
Las masas que han estado presentes durante mucho tiempo son probablemente benignas (p.ej: lipomas y hemangiomas). Una tumoración nueva que ha aparecido recientemente debe hacernos sospechar malignidad. Sin embargo, algunas neoplasias malignas (p.ej. sarcomas sinoviales) pueden estar presentes durante muchos años, y su naturaleza crónica puede inducirnos a error.
2) ¿Ha aumentado de tamaño?:
Un aumento de tamaño indica actividad. Las neoplasias malignas tienden a crecer progresivamente. Sin embargo, las lesiones que no aumentan de tamaño pueden ser igualmente malignas. Los pacientes suelen tener dificultades para describir el verdadero patrón de crecimiento, y por otro lado, existen masas que por su localización profunda suelen detectarse cuando ya tienen un tamaño considerable.
3) ¿Es dolorosa?:
Más que la naturaleza benigna o maligna, son la situación anatómica y el volumen los que provocan molestias dolorosas por distensión o por compresión. De este modo, un tumor en el hueco poplíteo o de la pantorrilla se descubre ante la aparición de una pseudoflebitis; en otras localizaciones, como en la raíz de una extremidad, se manifestará por un edema distal por trastorno del retorno venoso. Los sarcomas suelen ser dolorosos debido a los fenómenos inflamatorios en la zona reactiva. Las lesiones que invaden el periostio también pueden causar dolor, también los tumores de las vainas nerviosas son habitualmente dolorosos, acompañados de hormigueo en el trayecto del nervio. Los abscesos suelen ser dolorosos, y algunos sarcomas pueden sufrir necrosis y hemorragia que ocasionan aumento del dolor y del tamaño; por lo tanto, pueden confundirse con abscesos o traumatismo musculares.
4) ¿Existe antecedente de traumatismo cerrado (golpe) o penetrante?:
Un traumatismo penetrante, reciente o antiguo, puede ser la causa de un hematoma en vías de organización, de un falso aneurisma o de una colección supurada; también debemos pensar en un cuerpo extraño. Un traumatismo único o traumatismos iterativos no penetrantes pueden inducir un pseudotumor del tipo de la miositis osificante circunscrita, caracterizada por un síndrome doloroso de aspecto inflamatorio durante las primeras semanas de su instalación. El antecedente traumático se ha asociado con los tumores desmoides (fibromatosis extra- abdominal).
5) ¿Existe antecedente de neoplasia?:
Las localizaciones secundarias en el músculo, el tejido celular subcutáneo y la piel de los cánceres del pulmón, del tracto digestivo, del riñón, de la mama o, incluso de los linfomas o de los osteosarcomas, no son excepcionales. Se puede tratar de la primera manifestación de la enfermedad cancerosa o de un hallazgo del estudio de extensión o de reevaluación. Estas metástasis de carcinomas simulan tumores primarios de partes blandas.
6) ¿Existe un cuadro clínico sistémico?:
Los síntomas sistémicos como la fiebre, escalofríos y malestar general pueden ser secundarios a un absceso (acumulación de pus). Las neoplasias malignas como los linfomas, sarcomas de Ewing y los plasmocitomas extra medulares pueden acompañarse de un cuadro sistémico similar. Los angiosarcomas se asocian a una anemia (síndrome de Kasabach-Merritt).
7) ¿Existe historia familiar de tumores de partes blandas?:
Algunos tumores de partes blandas (neurofibromas, lipomas y hemangiomas) tiene un patrón de herencia familiar.
Los tumores de partes blandas representan una patología relativamente frecuente en la práctica diaria de las consultas diarias. Se tratan generalmente de lesiones benignas sin mayor relevancia, que han estado presentes durante mucho tiempo y el paciente quiere operárselas o se han descubierto accidentalmente por el propio paciente o un familiar. Si bien los tumores benignos de partes blandas son cien veces más frecuentes que los malignos, no debemos olvidar ciertas características que nos permitan a groso modo realizar un despistaje inicial de los denominados sarcomas de partes blandas considerando principalmente su naturaleza sólida, localización profunda, su escasa movilidad por estar adheridos y su diámetro mayor de 5 centímetros, dada la elevada morbimortalidad asociada a este tipo de neoplasias.
DIAGNOSTICO Y TRATAMIENTO
. Se establece mediante biopsia realizada en el sitio más prominente, de tal forma que la cicatriz sea incluida en la incisión definitiva con mínima perdida de tejido y contaminación, pueden ser por aspiración con aguja fina y con aguja tipo tru-cut, resección total en lesiones menores de 3 cm y parcial en lesiones mayores, «Debe Evitarse La Enucleación Del Tumor». Previamente se realizara estudios de ecografía de partes blandas, radiografías simples, tomografía axial computarizada o resonancia magnética nuclear de ser necesaria.
El tratamiento de elección es la cirugía con márgenes amplios (mínimo 2 cm) tan elección única en tumores pequeños, por el contrario en tumores voluminosos se requiere tratamiento multidisciplinario enérgico con cirugía y radioterapia además quimioterapia para evitar las recurrencias. Las amputaciones y desarticulaciones están indicadas cuando cualquier otro método no sirve para lograr el control local o hay invasión de estructuras vasculares o nerviosas importantes o huesos de carga.
La supervivencia a cinco años va desde el 90% en estadios tempranos al 10% en estadios avanzados.
Esperamos que este artículo sirva para llamar la atención sobre una serie de conceptos básicos y pautas de manejo de tumoraciones de partes blandas, recuerde que todo tumor debe ser considerado sospechoso de malignidad hasta demostrar lo contrario, por eso siempre debe consultar al médico especialista: cirujano oncólogo.
Por: Doctor Absalón Montoya Guivin (Cirujano Oncólogo del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas, INEN)