lunes, 6 de mayo de 2013

Los amazonenses ancestrales (*

Por: Federico Kauffman Doig.
El departamento de Amazonas posee un grandioso pasado, todavía precariamente evaluado y divulgado. En sus fronteras se encuentran fabulosos testimonios arqueológicos como Cuélap, el más extenso de los monumentos del pasado ancestral peruano y que fue sede principal de los chachapoya(s) en tiempos de su apogeo cultural.
LOS CHACHAPOYA(S)
A la llegada de los españoles en el siglo XVI, los chachapoya(s) constituían una de las muchas naciones que integraban el "país de los incas". Su incorporación al Incario no había sido fácil, debido a los brotes de resistencia que éstos ofrecieron una y otras vez a las tropas incaicas.
El cronista Cieza ofrece sobre los chachapoya(s) algunas notas pintorescas: "Son los más blancos y agraciados de todos cuantos yo he visto en las Indias que he andado, y sus mujeres fueron tan hermosas que por sólo su gentileza muchas dellas merecieron serlo de los ingas y ser llevadas a los templos del sol (…) andan vestidas ellas y sus maridos con ropas de lana y por las cabezas usan ponerse a sus llautos, que son señal que traen para ser conocidas en toda parte". Agrega que, después de su anexión al Incario, adoptaron las costumbres impuestas por los cuzqueños.
Se desconoce el significado de la palabra chachapoya(s). De ser voz quechua, podría acaso provenir de sacha-p-colla (s), que podría equivaler a "gente colla moradora de la floresta" (sacha = silvestre, p = (del), colla = nación de habla aimara).
Ubicación geográfica
El territorio de los chachapoya(s) era extenso. Comprendía el espacio triangular que conforma en la zona de Bagua la confluencia de los ríos Marañón y Utcubamba, hasta la cuenta del Abiseo donde se levantan las ruinas chachapoya(s) de Pajatén, prolongándose todavía hasta el más al sur, acaso hasta el Chontayacu. Rebasaba de este modo, en dirección meridional, los límites del actual departamento de Amazonas. Pero el centro de la cultura chachapoya(s) fue la cuenca del Utcubamba.
Tanto el estilo arquitectónico definido como chachapoya(s) como las noticias históricas atestiguan lo dicho. Así Garcilaso consigna que el territorio de los chachapoya(s) era tan extenso que "pudieramos llamar reino porque tiene más de cincuenta leguas de largo por veinte de ancho, sin lo que entra hasta Muyupampa que son treinta leguas de largo (…)". La legua era una medida próxima a los 5 kilómetros.
El área de los chachapoya(s) corresponde a una región que, siendo cordillerana por su relieve, se caracterizaba por estar cubierta por densa floresta tropical. Por lo mismo, vista en términos generales, viene siendo denominada Andes Amazónicos, en sustitución de la antigua e imprecisa terminología de "montaña".
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(*) "Gran enciclopedia del Perú" (Lexus Editores), pp. 102-115. Barcelona 1998.
Al paso que crecía la población, los bosques de los Andes Amazónicos eran talados a fin de ampliar la frontera agraria. Esto trajo consigo que el paisaje tropical fuera reduciéndose, y que en su lugar aflorara uno marcado por su aridez, debido a la erosión de los suelos que sobreviene cuando éstos quedan desprotegidos de su antiguo manto verde. Es así como, en la actualidad, los Andes Amazónicos se semejan al paisaje yermo de los páramos andinos.
Los Andes Amazónicos están constituidos por el flanco oriental de la cordillera de los Andes, cubierto originalmente de densa vegetación amazónica. Se extienden desde las estribaciones cordilleranas hasta alcanzar altitudes sorprendentes allí donde los bosques no han sido talados, en ciertos casos sobrepasando los 3,500 metros.
Culturalmente enfocados, los Andes Amazónicos quedan comprendidos sólo entre los 2 y 3 mil metros de altitud. Esto es, limitados a los espacios altitudinales ocupados por los chachapoya(s); lo certifica la ubicación de sus numerosos restos arquitectónicos.
Incorporación al Incario
La conquista de los chachapoya(s) por los incas habría tenido lugar, según Garcilaso, durante el gobierno del soberano Tupac Inca Yupanqui en la segunda mitad del siglo XV de la presente era.
Refiere que las acciones bélicas se iniciaron en la cuesta de Pias. De ser así, al suroeste de las ruinas de Pajatén, de lo que se deduce que se daba por hecho que el área de Pias era ya territorio chachapoyano.
Sobre la resistencia que los chachapoya(s) opusieron a la penetración cuzqueña en tiempo de Tupac Inca Yupanqui, hay abundantes datos históricos, especialmente en la crónica de Cieza.
Durante el gobierno del soberano Huayna Capac, los chachapoya(s) se rebelaron: "habían muerto (a) los governadores y capitanes del Inca (…) y (…) los soldados (…) y presos otros muchos, con intención de servirse dellos como de esclavos". En respuesta, Huayna Capac, hallándose en tierra de los cañari(s) del Ecuador y mientras juntaba sus tropas, envió mensajeros para negociar la paz. Pero los chachapoya(s) nuevamente "maltrataron a los mensajeros (…) y los amenazaron de muerte".
Huayna Capac ordenó entonces atacarlos. Cruzó el río Marañón sobre un puente de balsas de madera chucau, que mandó construir probablemente en las inmediaciones de Balsas, cerca de Celendín.
Desde aquí, las tropas incaicas se dirigieron en dirección a Cajamarquilla (Bolívar), con la intención de destruir este poblado que era "uno de los pueblos principales" de los chachapoya(s). Desde Cajamarquilla les salió al encuentro una embajada integrada por mujeres, al frente de la cual iba una matrona, antigua concubina de Tupac Inca Yupanqui. Solicitaban clemencia y perdón, que luego el Inca les otorgó. En memoria de este acontecimiento de consagración de la paz, el sitio donde había tenido lugar la negociación fue declarado sagrado y cercado cuidando que en adelante "(…) ni hombres ni animales, ni aun las aves, si fuesse posible, no pusieran los pies en él".
Para asegurar la pacificación de los chachapoya(s) los incas instalaron guarniciones en la comarca. También ordenaron el traslado de grupos de lugareños bajo el sistema mitmac, o sea de cambio de
terruño de grupos humanos: "(…) les dió tierras para labrar y lugares para casas no muy lejos de un collado que está pegado a la ciudad (del Cuzco) llamado Carmenga".
De la presencia incaica en territorio chachapoyano quedan los restos arquitectónicos de Cochabamba, situados en las cercanías de las nacientes del Utcubamba en el actual distrito de Leimebamba.
Los tiempos anteriores al Incario
El departamento de Amazonas acusa una milenaria historia. De los tiempos más remotos dan cuenta testimonios expuestos sobre paredes rocosas. Tal el caso de la pintura rupestre de Chiñuña-Yamón y de Limones-Calpón en la provincia de Utcubamba. Una parte de estas soberbias muestras pictóricas fue ejecutada por gente de una economía cazadora que dejó su huella hace acaso 6 ó 7 mil años atrás. A los tiempos en que ya se consolidaba la formación de la civilización peruana, corresponde un tipo de cerámica identificada en Bagua.
De la cultura chachapoya(s) quedan innumerables restos arquitectónicos, como Cuélap, Congón (sitio rebautizado con el nombre de Vilaya), Olán, Purunllacta (sitio rebautizada con el nombre de Monte Peruvia), Pajatén, etc. Todas estas expresiones de la arquitectura muestran un modelo que permite identificarlas como emparentadas; a éste nos referiremos más adelante. Lo que no ha quedado establecido es la edad de estos restos arquitectónicos, como tampoco cuáles serían los más antiguos y cuáles los últimos en la marcha cultural de los chachapoya(s). (continuará...)