jueves, 8 de noviembre de 2012

Cancer de Tiroides ( Primera parte)

Por: Doctor Absalón Montoya Guivin (Cirujano Oncólogo del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas, INEN)

Generalidades
¿Qué es y que hace la glándula Tiroides?
La tiroides es una glándula en forma de mariposa, que se encuentra situada en la base del cuello, por su parte central, delante de la laringe y justo debajo de la manzana de Adán. Consta de dos lóbulos, derecho e izquierdo, unidos por una porción central llamada istmo, y cada lóbulo -cada ala de la mariposa-, está situado a un lado de la tráquea. En situaciones normales pasa desapercibida y no se palpa, salvo en aquellas personas con el cuello muy delgado, sin embargo es muy importante en todos los procesos metabólicos que pasan en el cuerpo.
La función de las células foliculares y de la glándula tiroidea es producir, almacenar y liberar en la sangre hormonas tiroideas,  también  conocidas como T3 (triyodotironina) y T4 (tiroxina), muy parecidas entre ellas y cuyo compuesto básico es la tiroxina. Estas hormonas son vitales ya que intervienen en el desarrollo del sistema nervioso y además regulan el metabolismo, y por tanto, el ritmo al que el cuerpo quema calorías para producir energía por lo que influyen en casi todas las células del organismo y son necesarias para controlar las funciones de todos los órganos de nuestro cuerpo.
Si la glándula tiroides es hipoactiva, no produce suficientes cantidades de hormonas tiroideas y los procesos metabólicos son más lentos. Se le conoce como hipotiroidismo que es la enfermedad más frecuente de la glándula tiroides, sus síntomas son: debilidad, calambres musculares, cansancio, somnolencia,  retraso psicomotor, disminución de la memoria, concentración deficiente, olvidos, malhumor, irritabilidad, sordera, depresión, aumento de peso por retención de líquidos, infertilidad, estreñimiento, disfonía, nerviosismo, alteraciones en los ciclos menstruales, periodos abundantes, disminución de la frecuencia del latido cardíaco, intolerancia al frío, piel fría, seca, áspera y rugosa, frecuentemente con aparición de un color amarillento debido a la acumulación de carotenos, cabellos secos, caída del cabello, hinchazón de los párpados y cara, ronquera y tos o faringitis persistentes.
Si, por el contrario, se tiene demasiada hormona tiroidea en la sangre, el cuerpo trabaja más rápidamente. Se le conoce como hipertiroidismo, los síntomas son: nerviosismo, debilidad, aumento de la sudoración, intolerancia al calor, palpitaciones, insomnio, pérdida de peso, puede presentar diarreas, temblor de manos, fatiga, sudoración excesiva, molestias oculares, ansiedad, en mujeres menstruaciones escasas o ausentes (amenorrea). También pueden aparecer manifestaciones cutáneas y oculares.
¿Qué es el Cáncer de Tiroides?
La palabra «cáncer» tiene unas connotaciones y unos miedos asociados que en la mayoría de los tipos de cáncer de tiroides es necesario aclarar. Si a usted, o a alguien a quien usted conoce, se le ha diagnosticado cáncer de tiroides, le agradará saber que las perspectivas del tratamiento son excelentes ya que la mayoría de ellos pueden ser extirpados totalmente mediante cirugía.
Sin embargo, este tipo de cáncer puede algunas veces reaparecer o extenderse a otras partes del cuerpo, aún muchos años más tarde. Por esta razón, los médicos recomendamos que quienes hayan tenido cáncer de tiroides, reciban chequeos de rutina por el resto de sus vidas, para asegurarse de que el tumor no ha reaparecido o expandido. Particularmente, muchos médicos consideran que los exámenes dentro de los 5 a 10 años inmediatamente después de la cirugía, son críticos.
El cáncer de tiroides es un tumor o crecimiento maligno localizado dentro de la glándula tiroides y derivado de células tiroideas, aunque el diagnóstico de cáncer resulta aterrador, debes saber que el pronóstico para los pacientes con cáncer de tiroides es usualmente excelente, la mayoría presentan un crecimiento lento que pueden transcurrir años sin que se noten variaciones apreciables en su tamaño salvo los llamados indiferenciados, en su mayoría se eliminan totalmente con cirugía u otro tratamiento complementario. Es relativamente frecuente, varía desde una enfermedad indolente y rara vez mortal hasta una enfermedad fulminante y rápidamente letal (cáncer anaplasico) afecta mayormente a las mujeres y se presenta desde la infancia hasta la novena década de la vida con una mediana de 46 años siendo el principal factor pronóstico la edad (niños y adultos jóvenes mejor pronóstico). Se presenta como carcinoma papilar 60%, carcinoma folicular 20%, carcinoma medular 5 al 10%, carcinoma anaplasico y otros carcinomas indiferenciados en un 5 a 15%.
Se desconoce la razón específica por la que se desarrolla el cáncer de tiroides, el único factor de riesgo fehacientemente que se conoce es la exposición a radiación ionizante, bien por irradiación terapéutica, bien por contaminación ambiental generalmente asociada a accidentes nucleares. Estas radiaciones afectan en mayor grado a niños e inducen cánceres principalmente de tipo papilar que con más probabilidad será multicéntrico y más agresivo.
En los años 1940s y 1950s eran frecuentes los tratamientos con rayos X para el acné, inflamación de las amígdalas, adenoides, nódulos linfáticos o agrandamiento de la glándula llamada timo. Los Pacientes que han recibido irradiación cervical en la infancia tienen un 5% de riesgo de desarrollar un tumor a partir de los 3-5 años de la irradiación, riesgo que continúa aumentando al menos durante 3 décadas.  Hay que señalar que la irradiación también multiplica por 10 el riesgo de aparición de nódulos benignos, pero si un paciente presenta un nódulo tiroideo y tiene historia de irradiación de cabeza o cuello tiene un 40% de posibilidades de que dicho nódulo sea maligno.
Actualmente la exposición a los rayos, generalmente está limitada a tratamiento de otros cánceres como la enfermedad de Hodgkin (cáncer de los nódulos linfáticos). La exposición a los rayos X de rutina (dentales, radiografías de tórax, mamografías) no causa cáncer de tiroides.
El cáncer de tiroides se puede diseminar en el cuerpo de tres maneras relativamente frecuentes:
• A través del tejido: El cáncer invade el tejido normal que lo rodea.
• A través del sistema linfático: El cáncer invade el sistema linfático y circula por los vasos linfáticos hasta otros lugares del cuerpo.
• A través de la sangre: El cáncer invade las venas y los capilares, y circula por la sangre hasta otros lugares del cuerpo.
Cuando las células cancerosas se separan del tumor original, que llamamos primarios, y circulan a través de la linfa o la sangre hasta otros lugares del cuerpo, se puede formar otro tumor que llamamos secundario. Este proceso se llama metástasis.
( continuará)