martes, 3 de diciembre de 2013

Homenaje póstumo de Homero Oyarce a Eduardo Peláez Bardales

Querido hermano Eduardo Peláez Bardales. En mi modesta manera de pensar, sin una pizca de temor a equivocarme puedo aseverarles que Eduardo Pelaez Bardales, fue un ser de otro tiempo, es decir si imaginamos una sociedad superior, ideal, donde no haya espacio para los malos sentimientos, uno de esos habitantes, por legítimo derecho y sin lugar a dudas, sería nuestro hermano del alma: DIDO.  Ambos sabíamos de nuestra existencia y el encuentro se dio en un concierto en nuestro Chachapoyas querido. Recuerdo verlo venir con dos de sus hermanos: Antonio y Mariano, sonriendo y con los brazos extendidos para felicitarme. De ese memorable y efusivo encuentro fueron testigos el público que se dio cita esa noche en el coliseo, mi esposa, mis hijos, mis hermanos y mi mamita María. Nos dimos un abrazo como se dan los viejos amigos que hace mucho tiempo se buscan y por fin se encuentran para iniciar juntos esa travesía hermosa de las amistades verdaderas, de las que se juntan, se cultivan, se necesitan y no se olvidan jamás Ahora que Eduardo ya no está físicamente con nosotros, quiero compartir con todos, solo dos de las tantas hermosas lecciones, que él con su ejemplo me supo dar y se que ahora por modestia, con su sonrisa de bondad por seguro me hubiese dicho: «no lo digas hermano». En el tiempo de nuestro primer encuentro, muchos  me aconsejaron que me aleje de él, porque en esa época, Eduardo era un político en campaña y que seguramente se acercó para utilizar mi imagen. Pero, ¿cómo rechazarle si lo único  que pude percibir en su mirada afable fue la luz de genuina amistad, como decimos en nuestra tierra: Chuita, es decir diáfana, transparente, cristalina. En su sonrisa magnética y su mirada buena, nunca hubo espacio para la falsedad o la mentira. Nos escribíamos con cierta regularidad, pero jamás me mencionó sobre su conocida militancia  - he aquí la primera lección- . Lo que me  unió y me unirá por siempre a Eduardo y a toda su familia, que la considero mía, es el profundo amor a nuestra tierra amazonense y la sencillez y el cálido afecto que prodigan a raudales tanto al mas grande como al mas chico , es decir, al encumbrado político o renombrado intelectual y de la misma manera al campesino humilde, que bajo su modesta apariencia nos dan con sabiduría y esfuerzo los frutos de la vida. Como si asistiría por primera vez a una de mis presentaciones, Eduardo siempre estaba allí puntual y en primera fila, elegante, atento, emocionado, junto a su adorada esposa, nuestra tan querida, buena y bella Rosita. Así era él, cada vez que nos encontrábamos me atendía como a un príncipe y se que ese fue su truco, su formula secreta : tratar a todos sus amigos como el sabía tratar a su mejor amigo. Su amor y preocupación por nuestra tierra y sus ganas de servir eran tales que por ejemplo, sólo bastó que le mencionara una vez sobre nuestra 1ra Misión Médica Internacional Amazonas 2013, para que organice y nos de su entusiasta y muy significativo aporte en unión y en nombre de todos los miembros de Pro Amazonas. Un mañana tomando un cafecito en el centro de Lima le consulté sobre algunas preocupaciones que teníamos en nuestro Club Amazonas USA. respecto a alguna gente que nos ofrecía apoyo. Me escuchó atentamente y sonriendo me dijo : no desdeñen la ayuda de nadie, reciban lo que con buena voluntad les ofrecen. Bien lo debes saber mi querido Homero, que nosotros entre paisanos tendemos a hablar mal de nuestra propia gente, en especial si vemos que alguien progresa. No es nuestro papel juzgar a nadie, si andan en algo oscuro para eso estan las autoridades y si sus intenciones son otras, que la sociedad los juzgue. Asi que si les ofrecen apoyo en hora buena y si ya estan comprometidos con esta gran misión, cumplan hermano, tienes toda mi confianza y mi apoyo». Y así lo hicimos porque en nosotros estaba claro de no mezclar cuestiones políticas o religiosas en nuestra misión médica, ya que nuestro objetivo era ayudar a la gente mas necesitada y hacer conocer la belleza de nuestra Región de Amazonas. Como es de conocimiento de todos, a pesar del desaliento de muchos y los errores propios de tamaña tarea, fue una experiencia maravillosa. Aqui está pues la segunda lección de Eduardo. la de jamás escucharle expresarse en forma negativa de nadie, coincidiendo con lo que aprendi de mi padre: No hables ni desees el mal a nadie y si no puedes ayudar , jamás les consueles con una falsa promesa, porque al final eso hace tanto o mas daño que la más burda mentira. Aqui han quedado vivas en nosotros tus enseñanzas mi querido Eduardo, aqui estamos juntos tus herederos de sangre y de amistad. Juntos vamos a seguir soñando y sembrando protegidos por la benigna sombra de los recuerdos, con la fragancia de tus chirimoyas, nuestro Utcubamba y nuestros vientos que por siempre y hasta el final de los días repetirán tu nombre. Mountain View California, 05 de Noviembre de 2013. Tu Último Abrazo de Despedida El río pasa como la vida se va y se va y no vuelve más el último abrazo de despedida hermano Eduardo no volverás tu último abrazo de despedida Aquí en mi pecho perdurará tu último abrazo de despedida será una luz, nos guiará. Quisiera, como quisiera volver a verte, quisiera como quisiera volverte a hablar, la pena es como las sombras que por las tardes crecen y cubren de oscuro manto mi soledad. Tu casa esta vacía y en las paredes Un eco va escribiendo nuestro pesar, Las flores se marchitaron y como fantasmas reflejan la honda tristeza de que no estás. Navegante de luz sembrador de amistad volveran los inviernos con las lluvias volverán Y con ellas nuestras lágrimas tu nombre repetirán Volverán los inviernos con las lluvias volverán y con ella nuestas lágrimas tu nombre Eduardo, repetirán. Porque el río pasa como la vida se va y se va y no vuelve más el último abrazo de despedida hermano Eduardo no volverás tu último abrazo de despedida Aquí en mi pecho perdurará tu último abrazo de despedida serás mi luz, me guiarás.