martes, 20 de marzo de 2012

Epoca dorada Sanjuanista... Por Alfonso Paredes... El Purpur.

Siempre me sentiré orgulloso, sobrao*, prosa, palangana, de ser legítimo hijo cultural, de mi entrañable Gran Unidad Escolar San Juan de la Libertad. Es mi mayor privilegio y especial honor tener para siempre presente en mi corazón, a tan sagrada Institución Estudiantil, la más antigua, prestigiosa y gloriosa del Perú. Pues a la prueba me remito, y digo así porque fue creada el 20 de Diciembre de 1829, por el Gran Mariscal don Agustín Gamarra, apenas ocho años después y como premio a la victoriosa gesta heroica independentista de los chachapoya el 6 de junio de 1821 en las históricas pampas de Higos-Urco. Es a mucha honra, el Colegio Nacional más antiguo del Perú.
Le falta solamente 09 añitos, para cumplir nada menos que 200 años, es decir, la friolera de DOS SIGLOS, y llevando a cabo con todo esmero y excelencia, su trascendental rol y destino, el de ser semillero, vivero y fuente del conocimiento, de la virtud y el honor de 191 generaciones, que a lo largo y ancho de nuestro inmenso y ubérrimo país y del mundo entero, llevan muy en alto la tea deslumbrante de su prestigio incólume y de su fama sin par.
Incontables personajes ilustres han salido de esta nuestra alma mater inmanente, imprescindible y esencial, muchísimos servidores que han recibido y se han nutrido en este vivificante panal, de la miel exquisita del saber y del servir, contribuyendo con creces en sus más diversos campos, al desarrollo y bienestar del país en su presente y devenir.
Egresamos en 1959 y justo ya cumplimos nada menos que cincuenta años, el año pasado, media centuria, de haber dejado las cálidas aulas de nuestro querido San Juan. Muchos y muy gratos recuerdos se agolpan en mi mente, cargados a cual más, de nostalgias, alegrías, vivencias, añoranzas y reminiscencias, que salen a borbotones como de una vertiente de agua pura y cristalina inagotable.
Por ahí veo a la muchachada ferviente y ávida de aprender y aprehender cada día más, y observo emocionado las caritas de preocupación del guayranga (Raúl Tenorio), del tokio (Máximo Portugal), de los más pequeños de la clase los ñuñupitij Gilberth Sánchez y Otoniel Alvarado, de Víctor Salazar Chota (el Sargento Canuto), de Miguel Oyarce Bobadilla (el chamachín pantayón coyoyau), de César Mori Chávez (el Mónico), de los muy serios y ponderados como Máximo Huilca Inga,Javier Santillán, Ramón Trigoso, Jenner Ocampo Díaz, en fin, de todos los muchachos entrañables e inolvidables, ansiosos pensando en las pruebas que teníamos que rendir y resolver, a manos de los terribles, insobornables y venerables Profesores: don Eleuterio Trigoso, don Gilberto Rojas (el chusho), el doctor Villacorta (el misho), don Carlos Zubiate Zabarburú, don Erasmo Grandez, o de los inflexibles Instructores de IPM de quienes dependía si pasaríamos o no al siguiente grado, y como el más enérgico y mejor Instructor del Perú, el Sub-Oficial Maestro don Germán Merino Rubio, quién con su voz de trueno, cuando ordenaba ¡atenciooón!, temblaban todas las aulas en derredor y la devolvían con un eco atronador, retumbando en nuestros oídos, la trascendental e histórica consigna: ¡nos vemos cruzando la frontera del sur, para recuperar Arica que siempre ha sido nuestra...!, ¡firmes!, descanso!...
También me parece estar viendo recorrer los amplios corredores frente a los salones de clase, a la severa y autoritaria figura del Regente don Víctor Mendoza Malaver (el cajalín), imponiendo una férrea formación conductual; observo igualmente al tremendo Auxiliar nuestro hábil consejero, siempre oportuno y acucioso que tenía una norma lista a flor de labios, con qué orientarnos, a don Arturito Reyna y desde luego también y porque sí, al querido amigo de toda la muchachada, el inolvidable don Moisés (Moshico).
Desde este rincón de mi vida sin tiempo, quiero rendirles mi especial homenaje de eterna gratitud.
Pero todos, absolutamente todos, con esa irreprochable estrictez solo tenían en mira, como su único norte y guía, forjar nuestras almas, al calor de la ciencia, en la fragua del trabajo y la disciplina, para que seamos hombres de bien y sepamos consagrar nuestras vidas a la irrenunciable tarea de hacer de nuestra Patria querida, la más importante y progresista dentro del consenso y concierto de todos los pueblos del mundo.
Jóvenes Sanjuanistas de hoy y de siempre, denle duro al trabajo, al estudio y a la práctica perenne de nuestros más exigentes y representativos valores, para que se cumpla con creces, el ya trascendental párrafo de nuestro himno triunfal:
Y que escuches después con orgullo
Que al mirarte las gentes dirán
Ese joven es noble es capullo
Del ilustre plantel del San Juan.
*Sobrao:
orgulloso, arrogante.*Prosa: soberbio, vanidoso.*Palangana: engreído, petulante.